La historia de Gràcia se remonta a la época romana, cuando era una aldea agrícola fuera de las murallas de Barcino, la antigua Barcelona romana. Sin embargo, el verdadero crecimiento y desarrollo de Gràcia se produjo en el siglo XIX cuando se convirtió en una ciudad independiente. Durante ese tiempo, Gràcia era un destino de verano preferido para la alta sociedad barcelonesa, debido a su ubicación elevada, lo que proporcionaba aire más fresco y vistas panorámicas de la ciudad. A medida que Barcelona creció, Gràcia se convirtió en un distrito más, pero su identidad propia se ha mantenido fuerte.
Hasta 1897, Gràcia fue una ciudad independiente, conocida como Villa de Gràcia, pero finalmente se incorporó a la ciudad de Barcelona. Hoy en día, sigue siendo un distrito independiente con un carácter y una identidad únicos. Su rica historia se refleja en su arquitectura, que combina elementos antiguos y modernos de una manera única.